El verano es un periodo del año en el que puedo compartir espacio con vosotros, los más jóvenes, especialmente durante los meses en el que vuestros padres siguen trabajando y no acudís a vuestro centro educativo. De esta forma cuidamos unos de otros.


¿Qué le aporta el Yoga a mi hijo o a mí, como niño o adolescente?

Ser humano.

La época estival se caracteriza por tener muchas horas de luz, es por ello que pasamos gran parte del tiempo en la calle jugando y divirtiéndonos. Todo esto nos altera haciendo que en ocasiones nos sintamos desbordados, nerviosos, cansados o irascibles, sin embargo, existe la posibilidad de salir de ese molesto estado de inquietud. Para ello debemos reeducarnos, utilizaremos un montón de juegos prácticos con los que obtendremos distintas habilidades a utilizar en caso de necesitar apaciguaros. Desde la dignidad y el respeto, iremos descubriendo el gran misterio que habita en el ser, el ser del humano que soy.

Hay mucha enjundia cuando profundizamos en la materia.

Todos estos hábitos adquiridos van domando nuestro cerebro, orientando paulatinamente a la persona hacia lo que realmente es. Si nos desvinculamos del condicionamiento social, cultural, incluso del genético, nos convertimos en seres más inteligentes, decididos, empáticos, resolutivos y compasivos, seres capaces de afrontar con mayor determinación los retos globales.